Su origen es incierto, pero en lo que muchos historiadores coinciden es que, desde hace varios siglos, los ramos de flores han acompañado a las novias en su camino hacia el matrimonio. Este conjunto, que en otro tiempo estuvo compuesto por hierbas aromáticas, ha tenido diferentes significados a lo largo de los años. Muchos han visto en ellos una forma de transmitir mensajes según el tipo de plantas elegidas; otros han apuntado que, en épocas como la Edad Media, se utilizaban para conseguir un ambiente agradable y perfumado. Amuletos de felicidad, de dicha o simplemente un adorno más. Composiciones florales que, dependiendo de los gustos o personalidad de la novia, pueden variar su forma o estilo. Te presentamos algunas de las más conocidas.
También en los ramos y su máximo representante es el berry fest. Este diseño se asemeja bastante al bouquet por su forma algo redondeada, pero presenta notables diferencias. ¿Las principales? No es tan simétrico y la variedad de flores que se utiliza para confeccionarlo suele ser mayor. Los amarillos, los rosados e incluso los azules suelen ser los protagonistas de estas composiciones con un marcado aspecto campestre que aportan un toque informal al estilismo de la novia.
Este tipo de composición floral es, o ha sido hasta ahora, una de las preferidas de las novias por su elegancia y el aspecto clásico que lo acompaña. Los bouquets suelen ser ramos redondeados, compactos y de tamaño mediano. Además, las flores que forman parte de ellos suelen seguir una misma gama cromática, aunque también hay quien prefiere elegirlos de un único color. ¿Los más utilizados? Blancos, rosas y tonos pastel. Aseguran los expertos que la flor más típica de estos diseños es la rosa, aunque en la variedad se encuentra el gusto.
Aunque lo más común es optar por un ramo tradicional, cada vez son más las novias que buscan diseños novedosos y de tendencia. Un ejemplo lo encontramos en las composiciones de tallo largo. La definición más estricta de ramo aceptaría a regañadientes esta propuesta, ya que suele estar compuesto, en muchos casos, por una única flor. ¿La preferida? Rosas, tulipanes, peonías o girasoles. Elecciones llenas de personalidad.
A medio camino entre el bouquet y el ramo tipo cascada se encuentran los diseños lágrima. Estas composiciones florales se caracterizan por estar compuestas por flores que caen ligeramente en la parte inferior del ramo, creando esa forma que le da nombre. Para conseguir ese efecto se suelen combinar flores de diferentes tamaños que, en lugar de dar un aspecto encorsetado al ramo, aporten cierta sensación de ligereza.
Cuando alguien imagina un ramo tipo cascada es inevitable pensar en la composición floral que Lady Di llevó el día de su boda. Aquel imponente diseño obra de Doris Wellham, que también creó el de Isabel II. Se extendía casi hasta el borde de su falda y estaba compuesto por orquídeas, rosas, gardenias, freesias y lirios. Lo que suele caracterizar a este tipo de diseños es que su parte superior está repleta de flores que, conforme caen, se van reduciendo en número y tamaño, creando así el efecto que le da nombre.
Podría traducirse literalmente como “ramo de aro” y eso es, precisamente, lo que es. Estos diseños, a medio camino entre lo campestre y lo chic, son montados sobre un ligero armazón de forma circular que suele estar elaborado de madera, metal o bambú. Se eligen estos materiales para que las flores parezcan lo más naturales posibles y este arreglo, ya de por sí llamativo, no robe el protagonismo a las plantas elegidas para decorarlo. Lo más curioso es que encierran, además, un mensaje mucho más simbólico que los tradicionales ramos. Y es que su forma circular es sinónimo de eternidad, por lo que reforzaría esa promesa de un amor eterno.
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