Un pastel, tarta o torta de cumpleaños es un pastel que se come como parte de una celebración en muchas tradiciones mundiales. Las variaciones del pastel de cumpleaños típico incluyen cake pops y tartas. Los pasteles de cumpleaños a menudo tienen sabor a vainilla, chocolate o fresa. Se hornean en una variedad de formas y se decoran con glaseado o fondant, a menudo en múltiples colores.
Este tipo de pasteles han sido parte de las celebraciones de cumpleaños en países de Europa occidental desde mediados del siglo xix. Sin embargo, el vínculo entre pasteles y celebraciones de cumpleaños puede remontarse a la época de la Roma Antigua.
En la cultura romana, los “pasteles” se servían ocasionalmente en cumpleaños especiales y en bodas. Estos eran hechos con bizcochos circulares y planos hechos de harina y nueces, fermentados con levadura y endulzados con miel.
En el siglo xv, las panaderías en Alemania comenzaron a comercializar pasteles de una capa para los cumpleaños de sus clientes, en lugar de solo comercializar pasteles para bodas, y así nació el pastel de cumpleaños moderno.
Durante el siglo xvii, el pastel de cumpleaños adquirió su forma contemporánea. Estos elaborados pasteles tenían muchos aspectos del pastel de cumpleaños contemporáneo, como múltiples capas, glaseado y decoraciones. Sin embargo, estos pasteles solo estaban disponibles para personas de alto nivel adquisitivo. Los pasteles de cumpleaños se hicieron accesibles para las clases populares como resultado de la revolución industrial y la difusión de más materiales y bienes.
El pastel, o el postre, se presenta a una persona en su cumpleaños. En las culturas occidentales contemporáneas, el pastel está cubierto con una o más velas encendidas, según el número de años que cumple, que el cumpleañero intenta apagar soplando.
No hay un estándar para los pasteles de cumpleaños, aunque la canción «Cumpleaños Feliz» se suele cantar mientras el pastel se sirve en países de habla inglesa, o una canción de cumpleaños equivalente en el idioma apropiado del país. La frase “feliz cumpleaños” no apareció en los pasteles de cumpleaños hasta que la canción se popularizó a principios del siglo xx.
Para representar un intercambio de alegría y un sentido de unión, el pastel se comparte entre todos los invitados que asisten a la fiesta.
El pastel también se puede servir con otros dulces como helado. Tradicionalmente, el cumpleañero pide un deseo, que se cree que se hace realidad si todas las velas se apagan de una sola vez.
Aunque se desconoce el origen exacto y la importancia del ritual de encendido y apagado de las velas, existen múltiples teorías que intentan explicar esta tradición.
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